ReViajando al exterior sin escafandra

Por si nome había sabido a mucho, repito y reitero gratificosamente un viaje a italia, pero esta vez me voy al sur, que dicen que son más salados. Recogida la maleta ahora toca volver a hacerla (lástima no haberme quedado).

Aprobechando que de forma casual se casa mi hermano el 22 de septiembre en Setteville (Roma), me voy contento como unas castañuelas (o quiza debería decir como una mozzarella) el día 19 para volver, Dios mediante, el día 25.

Tomo mi primer vuelo en mi vida (sin contar todos esos en los que soñé anteriormente) y lo cierto es que dejo muchas cosas abiertas (espero que no sea la maleta, ¡por Dios!). Nunca me había planteado el hecho en sí de cuestión sufragante y denigrante de que dejar cosas abiertas fuera malo. Pues sí, lo es, y me jode, pero no de forma intima y silenciosa... no... A gritos y publicandolo hasta en el New York Times.

Intentaré ser un buen testigo de boda (algo así como el padrino, tradiciones italianas, que le vamos a hacer). Espero no tener que emplastificarme el cerebro, ni meterlo en formol, que a mi eso de pensar me reconcome hasta lo más profundo de mi ser, tanto que a veces me gustaría no pensar, y como es imposible salvo estando muerto, pues lo dejo caer así como aquel que no quiere la cosa.

Mañana tengo mi último examen y SAN MATEO. ¡Que gozada es disfrutar de un chupinazo limpio dentro de un aula de la universidad!

Ale, si lo lees hasta aquí es porque te a gustado y por que me he esforzado en escribirlo. Dejame un comentario que lo leeré, por que te habrás esforzado y me gustará.